Texto curatorial para la exposición colectiva 21 gramos 36 horas en la Galería Luis Méndez de Salamanca, del 30 de abril al 30 de julio de 2021, en la que participó un total de 18 artistas de distintas disciplinas.
Veintiún gramos de oro aguardan, impacientes, entre las manos del orfebre. Aún habrán de esperar unas pocas horas más. Treinta y seis en total. Así lo anota el orfebre en su cuaderno: 21 gramos 36 horas. Veintiún gramos de oro, treinta y seis horas de faena. A su lado, como una promesa, el boceto de un bellísimo pendiente de filigrana. Sin duda, la espera −piensa el oro− merece la pena.
Tal vez, el orfebre, mientras trabaja el metal, imagine que sus manos son dos crisálidas, y ese hilo eterno que se agita entre ellas, la oruga a punto de volar con alas de mariposa. Tal vez piense en el sol y en la lluvia que, al que igual que sus manos, esculpen el fruto desde la primera flor hasta la última semilla. O, tal vez, se acuerde de los hijos en el vientre de sus madres. Porque, para el orfebre, esos veintiún gramos de oro son algo así como un hijo. Un hijo que tardó treinta y seis horas en venir al mundo.
Lo que el orfebre no imaginó es que esa página de su cuaderno sería, años después, el hilo conductor de una exposición sobre el arte de la filigrana que colgaría de las paredes de su propio taller. 21 gramos 36 horas es una muestra colectiva en la que participa casi una veintena de artistas que trabajan al amparo de El Cuchitril, un proyecto nacido del deseo de crear un espacio común desde el que impulsar la labor de todos esos creadores que habitan la también dorada Salamanca nuestra.

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